Abierto de Judo en Guadalajara: pinchazo inicial y remontada a base de ganas y codos
Aparente resultado "a la gallega" para Ramón, competidor nacional de la categoría B1: ciego total, en el torneo para ciegos, deficientes visuales y, a la vez, abierto con videntes, disputado en Guadalajara el pasado 6 de febrero. Y esta expresión no se refiere a que los combates se disputasen entre tapas de "pulpo a feira", "pementos de Padrón (o Herbón)" o unas "cuncas de Barrantes" sino que el desenlace final del campeonato quedó en dos combates ganados y dos perdidos. Ni subo ni bajo, entre "mar calmo" y "forte maruxía" que diría Pemán. Sin embargo este resultado sólo plantea el tanteo en victorias y derrotas puesto que las conclusiones no se quedan en esa tierra de nadie.
El primer combate fue sufrido. Largo y físico, que dejó a Ramón fatigado. Pese al intento de dominio en el agarre y de llevar la batuta de la contienda su rival vidente guardaba las distancias y le tomaba la medida. Fueron numerosos los ensayos de Ramón en ne waza y enlaces pie-suelo pero al final giraron las tornas y cayó de osaekomi a pocos segundos del final. La primera en la frente.
Si el primero fue excesivo, más de los 5 minutos estipulados debido a las paradas, recolocaciones y vueltas a empezar, el segundo pecó de escaso. Tambien contra un rival no invidente, el combate comenzó con un buen intento de Ramón aunque sin frutos. Mate y posición inicial. Siguió una acción rápida y astuta de su rival y digo esto porque si bien es justo reconocer que el O Soto Gari con el que perdió Ramón fue una gran ejecución técnica y sorpresiva sobre el anuncio de ¡Hajime! también jugó en su contra el kumikata dominante-superior desde la posición de partida. Pese a todo, es una gran lección que a veces se pasa por alto: la habilidad y la técnica son imprescindibles, pero la táctica es un elemento básico en cualquier combate y, en este, se llevó el gato al agua. Dos a cero.
Ramón no se dejó desanimar por lo sucedido y afrontó su siguiente contienda contra su ya conocido David García, judoka deficiente visual, deseando que la victoria cayese de su lado esta vez. De este modo y tras varios recursos desarrollados sobre el tapiz por ambos lados, Ramón logró conectar un Juji Gatame desde posición en pie, llevando a su oponente al suelo, en una acción arriesgada e inesperada para un rival que no pudo zafarse, terminando por rendirse por luxación de codo.
La cara le cambió totalmente al judoka pontevedrés. Esta victoria le redimía en cierta medida de las derrotas anteriores, junto con la confirmación de que lo ensayado y trabajado día a día en el tatami daba resultados reales en competición. Sonrisa de oreja a oreja y a seguir trabajando durante el calentamiento, porque aún le quedaba un último combate por disputar con el que, a la postre, sería el primer clasificado en el pódium. De seguro éste competidor vidente sabría por las disputas anteriores que el fuerte de Ramón estaba en los kumikatas con distancia mínima, su predilección por los codos luxados y el trabajo en suelo, pero fue insuficiente. Ramón lograba conectar otra presa en Juji Gatame y una nueva victoria.
Dos a dos. Entrega de premios, autobús, vuelta al hotel y un más que merecido descanso. Nuestro agradecimiento a la organización de la ONCE y la FEDC por todo, ahora toca el viaje de regreso y las valoraciones. Empate en el marcador final pero no a nivel personal: es cierto que Ramón no estuvo del todo fino en pie y ésta merma le produjo ir a remolque en algunos momentos y atacar casi a la desesperada al final de los combates más críticos, aspectos éstos a mejorar en estos días de cara a su próxima cita. Pero de lo que no cabe duda es que tuvo destellos de una calidad indiscutible, que le echó ganas, estuvo serio en el trabajo y que lejos de ser conservador, ensayó y arriesgó. No nos fuimos como llegamos, felicidades Ramón.
Si el primero fue excesivo, más de los 5 minutos estipulados debido a las paradas, recolocaciones y vueltas a empezar, el segundo pecó de escaso. Tambien contra un rival no invidente, el combate comenzó con un buen intento de Ramón aunque sin frutos. Mate y posición inicial. Siguió una acción rápida y astuta de su rival y digo esto porque si bien es justo reconocer que el O Soto Gari con el que perdió Ramón fue una gran ejecución técnica y sorpresiva sobre el anuncio de ¡Hajime! también jugó en su contra el kumikata dominante-superior desde la posición de partida. Pese a todo, es una gran lección que a veces se pasa por alto: la habilidad y la técnica son imprescindibles, pero la táctica es un elemento básico en cualquier combate y, en este, se llevó el gato al agua. Dos a cero.
Ramón no se dejó desanimar por lo sucedido y afrontó su siguiente contienda contra su ya conocido David García, judoka deficiente visual, deseando que la victoria cayese de su lado esta vez. De este modo y tras varios recursos desarrollados sobre el tapiz por ambos lados, Ramón logró conectar un Juji Gatame desde posición en pie, llevando a su oponente al suelo, en una acción arriesgada e inesperada para un rival que no pudo zafarse, terminando por rendirse por luxación de codo.
Vídeo: Loli Tilve
La cara le cambió totalmente al judoka pontevedrés. Esta victoria le redimía en cierta medida de las derrotas anteriores, junto con la confirmación de que lo ensayado y trabajado día a día en el tatami daba resultados reales en competición. Sonrisa de oreja a oreja y a seguir trabajando durante el calentamiento, porque aún le quedaba un último combate por disputar con el que, a la postre, sería el primer clasificado en el pódium. De seguro éste competidor vidente sabría por las disputas anteriores que el fuerte de Ramón estaba en los kumikatas con distancia mínima, su predilección por los codos luxados y el trabajo en suelo, pero fue insuficiente. Ramón lograba conectar otra presa en Juji Gatame y una nueva victoria.
Dos a dos. Entrega de premios, autobús, vuelta al hotel y un más que merecido descanso. Nuestro agradecimiento a la organización de la ONCE y la FEDC por todo, ahora toca el viaje de regreso y las valoraciones. Empate en el marcador final pero no a nivel personal: es cierto que Ramón no estuvo del todo fino en pie y ésta merma le produjo ir a remolque en algunos momentos y atacar casi a la desesperada al final de los combates más críticos, aspectos éstos a mejorar en estos días de cara a su próxima cita. Pero de lo que no cabe duda es que tuvo destellos de una calidad indiscutible, que le echó ganas, estuvo serio en el trabajo y que lejos de ser conservador, ensayó y arriesgó. No nos fuimos como llegamos, felicidades Ramón.